Conducir un vehículo eléctrico es pan comido, pero ten cuidado, una vez lo pruebas, no querrás dejar de hacerlo
Abres la puerta, te sientas en el interior de tu nuevo coche eléctrico, pulsas el botón de arranque y… reina el silencio ¿Está esto arrancado ya? La primera sorpresa acaba de llegar, y esto es solo el principio. Pero ¿Sabes conducir un coche eléctrico? Tranquilo, no entraña misterio alguno. Eso sí, sentimos tener que decirte que cuando acabes, no podemos prometerte que te vayas a querer bajar del coche…Antes de conducir un coche eléctrico
No me seas impaciente. Lo primero es asegurarse de que has retirado el cable de carga, es decir, que el coche eléctrico no está enchufado.
Al desbloquear el coche, se liberará la pestaña de seguridad del conector de carga. Recoge bien el cable y guárdalo. Si lo llevas en el coche es incómodo que vaya dando tumbos por el maletero.
Puedes revisar el nivel de carga en tu app del smartphone o en la instrumentación del vehículo.
Una vez comprobado que tenemos batería suficiente para nuestro viaje ¡Ahora sí! Nos ponemos cómodos, pie al freno y dedo directo al botón de arranque.
En un coche eléctrico te recomendamos que no enciendas el motor hasta que te dispongas a salir, ya que mientras estás a la espera, estarás consumiendo batería.
Si necesitas tomarte tu tiempo para programar la ruta, conectar el teléfono o regularte los asientos, te recomendamos que en estos casos apagues todos los consumibles posibles, es decir, las luces interiores, las luces exteriores, la radio o la climatización. De esta forma no estarás consumiendo batería.
Una vez hecho esto, ponte el cinturón y a conducir.
A conducir
Nada más pulsar el botón de arranque, habrás descubierto que en los coches eléctricos no hay ralentí, esto es, el motor está encendido cuando el vehículo está parado.
¿Cómo sabemos si está arrancado? Buscando la indicación ‘Ready’ en el cuadro de instrumentos ¿Todo listo? Pues pisamos el freno, vamos quitándolo con el pie progresivamente y seleccionamos la posición ‘D’ en el cambio.
A estas alturas de la peli ya te habrás dado cuenta de que es como un coche automático, solo hay pedal del acelerador y pedal del freno.
¡El pie izquierdo no se usa! Apártalo lo máximo posible del pedalier para no liarla parda. Pisar el freno con fuerza como si fuera el embrague es un error muy habitual en aquellos que no están acostumbrados a los automáticos. ¡Frenazo al canto!
Pisas el acelerador y… ¡Pero qué fuerza tiene esto! Sí, por sus características, un motor eléctrico entrega prácticamente toda la potencia y el par desde cero. Serás el rey de las salidas en los semáforos, pero acostúmbrate a regular la intensidad con la que aceleras.
Además, te recomendamos que te acostumbres a iniciar la marcha de forma relajada, sin prisa por ganar velocidad. De esta forma, ahorrarás mucha energía y evitarás que el nivel de batería te pegue algún que otro susto.
Peculiaridades al conducir un coche eléctrico
Los coches eléctricos tienen esencialmente dos particularidades cuando los conducimos. La primera es que no hay cuentarrevoluciones, sino un potenciómetro. Este se divide en tres partes que es importante que comprendas:
- Parte verde / ECO: si quieres ser lo más eficiente posible, debes tratar de regular el acelerador con acierto para ir siempre en esta franja.
- Parte blanca o amarilla: la conducción normal.
- Power o parte roja: En esta franja el motor demanda a la batería el máximo flujo de energía disponible. Las prestaciones son las máximas, al igual que el consumo de energía, así que no abuses.
- Charge o parte azul: cuando tu coche eléctrico está recargando las baterías gracias a la frenada regenerativa.
¡Uy! Has dicho frenada regenerativa, ¿eso qué es? Esencialmente, es la parte del sistema de recuperación de energía del coche. Entrarás en esta zona al levantar el pie del acelerador, en las cuestas abajo o al pisar el pedal de freno. Gracias a ella recuperas algo de energía que se almacena en la batería.
Dependiendo del modelo de coche, puedes encontrar varios niveles de retención en la frenada regenerativa. Estos pueden ajustarse a gusto del conductor de diversas formas, cada modelo tiene la suya. Lo habitual es mediante un botón específico, mediante las levas del volante o seleccionando la posición ‘B’ en la palanca de cambios.
También puede darse que tu coche tenga el conocido como acelerador inteligente o e-pedal. Básicamente, nos permite conducir prácticamente con un solo pedal, el del acelerador. Regulándolo adecuadamente, el vehículo puede llegar a detenerse por completo sin necesidad de tocar el pedal de freno.
Principales diferencias entre el coche eléctrico y el vehículo tradicional
Dada la clase teórica, ¿damos un repaso a las principales diferencias entre el coche eléctrico y el vehículo de combustión a modo de resumen?
- En el coche eléctrico no hay caja de cambios ni embrague. A cambio encontramos una palanca o selector con las posiciones: (R) de Reverse, (N) de Neutral, (D) de Drive, (P) de Park y (B) de Brake.
- La entrega de potencia y par es instantánea, ofreciendo una aceleración mayor que debemos aprender a regular.
- No hay ni ruido ni vibraciones, conduce tranquilo y con suavidad extrema. Al arrancar, busca el ‘Ready’ en el cuadro de instrumentos.
- No hay cuentarrevoluciones, contamos con un potenciómetro que nos indica lo ecofriendly que somos al volante.
- Tenemos frenada regenerativa que nos permite recuperar parte de la energía que hemos consumido e incluso conducir con un solo pedal en algunos casos.
- Hemos de acostumbrarnos a no tirar tanto de consumibles como el climatizador. Su uso afecta a la autonomía.
- La ausencia de una extensa red de puntos de recarga rápida nos obliga a planificar la ruta antes de salir. No suele ser un problema, pero tenlo presente.
Ventajas en la ciudad
¿Cómo? ¿Qué todavía no conoces todas las ventajas adicionales que te aporta en la ciudad un coche eléctrico? Pues prepárate, que a la facilidad de la conducción se unen:
- Un ahorro importante en combustible y en aparcamientos. Con un coche eléctrico no pagas en el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) y no tienes límite de tiempo. Ventajas de la pegatina 0 de la DGT.
- La ausencia de restricciones de movilidad, ya que tienes acceso libre a las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), las Áreas de Prioridad Residencial (APR) y el carril Bus/VAO con un solo ocupante. Además, podrás circular los días con episodios de alta contaminación.
- La suavidad de la conducción. Cero emisiones, cero ruidos, cero vibraciones…. Si es que no tienes ni que cambiar de marcha.
- Una respuesta inmediata del motor para salir de un apuro en los adelantamientos, las incorporaciones a la autopista, las entradas a las rotondas o las salidas de los semáforos.
Con nuestra clase maestra seguro que ya eres todo un ninja al volante. Como has visto, conducir un coche eléctrico no tiene ningún misterio si has llevado alguna vez un automático ¡Más sencillo imposible! Con acordarse de un par de detalles, disfrutarás al volante más que con un modelo de combustión.